EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es un método que consiste en utilizar la “Estimulación Bilateral”.
Gracias a la estimulación bilateral cerebral de ambos hemisferios (hemisferio izquierdo y derecho) logramos una desensibilización de las situaciones traumáticas al realizar una sincronización de los dos hemisferios cerebrales, lo que provoca el reprocesamiento de la información y la desaparición del síntoma.
Cuando la persona evoca algún recuerdo de la situación traumática, el terapeuta realiza una estimulación bilateral del cerebro del paciente, logrando dicha desensibilización. Esto significa que la carga emocional que estaba asociada a ese recuerdo, desaparece, siendo capaz la persona de evocar dicho recuerdo sin ser acompañado del dolor que producía.
Hay diferentes tipos de estimulación:
- Por movimientos oculares: Similares a los que se producen de manera espontánea durante la fase del sueño REM. Ese movimiento de ojos ayuda a resolver los traumas emocionales.
- Realizando “tapping”: Dando pequeños golpecitos en ambos lados del cuerpo, en general sobre las manos del paciente posadas sobre su pierna izquierda y derecha.
- Mediante sonidos alternos en ambos oídos.
Numerosos estudios científicos avalan la eficacia del EMDR. En una investigación realizada en Colorado Springs se comprobó que el 84% de las personas diagnosticadas con estrés postraumático mejoraban tan solo después de tres sesiones de EMDR de 90 minutos y esa mejoría se mantenía incluso 15 meses más tarde.
EMDR se basa en la idea de que el trauma surge porque la información no es asimilada por el cerebro. La persona no logra integrarla emocionalmente quedando vinculados al hecho traumático en el cerebro los sonidos, los olores, pensamientos, imágenes y sensaciones.
El resultado de esta técnica es lograr que la persona elimine de forma natural todo sentimiento perturbador asociado al recuerdo, comprendiendo que en el presente, esas emociones no tienen lugar, quedando la experiencia colocada en el pasado, y liberándose de esa carga en el presente, para poder seguir su vida sin arrastrar el pasado que le perseguía.
